El romanticismo no es el amor
Las relaciones ya no son como antes. Estamos viviendo un nuevo paradigma en las relaciones personales.
Un paradigma que está cambiando las reglas del amor a toda una generación.
Mira.
Primero, ante todo, queremos presentarnos, y que puedas saber algo más sobre nosotros.
Luego, te contaremos algo realmente interesante para que profundices y lo medites.

Hola, soy Carles
Desde bien pequeño, tuve que madurar rápidamente y empezar a ser adulto antes de tiempo.
Si, adulto siendo todavía un niño. Hablamos de que mi camino para forjarme como adulto empezó a la edad de los 15 años.
Hoy en día, eso pensarlo, sería un escándalo, una revuelta.
Pero tengo que confesarte una cosa…
Soy una persona que le encanta desde siempre socializarme y no fue para mi un camino muy pesado.
Empecé a trabajar en un banco y era el chico orquesta.
Llevando papeles para un lado y para otro.
Atendiendo a los clientes.
Asistiendo a los profesionales que estaban sentados en las mesas.
Aguantando malas caras y palabras desagradables.
Como se suele decir, el chico para los recados. Pero mi ego no me lo reclamaba. Disfrutaba del proceso.
Esta etapa en mi vida me hizo reflexionar mucho. Llegue a la conclusión de que a todos alguna vez, nos llega el momento de sentir o pensar que cada uno de nosotros tenemos ciertas inquietudes, unas fortalezas mentales que nos dan ciertas ventajas, o cierto poder para facilitarnos el camino que nos toca recorrer.
Si es verdad, que, durante un tiempo, solo quedaba dentro de mí, materializado como una idea. Me costaba que tomase cuerpo o conseguir proyectarla y dirigirla.
Estudié Dirección de empresas especializándome en economía. Fui un buen estudiante y un buen profesional…
Pero…
No me sentía lleno, realizado. Me seguía sintiendo como ese vaso de cristal que luce y brilla por fuera, pero por dentro está vacío.
Dejé de seguir ese camino, y recordé el pensamiento de que cada uno tenemos una fuerza mental que nos hace especiales. Si le añadimos el ingrediente de que me encanta socializarme… La carrera que más tenía que ver fue Psicología. Así que, empecé a abrir un nuevo camino formándome cómo Psicólogo.
Según empezaba a profundizar en esta área, fui dándome cuenta de todas las respuestas que en mi niñez no supe materializar.
El mapa no es el territorio.
Espera, te lo aclaro:
significa que todos hacemos una representación del mundo que nos rodea, es decir un mapa, y éste no coincide exactamente con la realidad, el territorio.
Por lo cual, me empecé a sentir útil y cuando me quise dar cuenta, estaba en un camino donde yo sentía una sensación de bienestar, donde podía ayudar a las personas desde su mapa interior para poder añadir el canal ante su entorno, el territorio.
Tras unas navidades y un pequeño accidente, tuve que pasar unas fiestas encerrado en mi hogar. Pero había algo dentro de mí, que me hacía tener de nuevo esa sensación de volver a estar estancado. De tener que parar mi camino. Por lo cual, aproveché el tiempo de reposo, para seguir formándome en mi nuevo pilar que reforzaría aún más, donde estoy actualmente.
Empezando una formación de coach ejecutivo y Life coching.
Pero ese verdaderamente no fue el impulso de mi camino.
Fue una voz que escuche dentro de esa formación de coach, llamada Patricia. Culpable del impulso del cambio.
Una voz donde:
Hacía sentir algo dentro de mí. Una gran conexión.
Donde me generaba deseo de conocer a su propietaria.
Deseaba poder trabajar con ella codo con codo.
Esa voz se me quedo como un clavo dentro de mi mente.
Hola, soy Patricia
En mi adolescencia, me empecé a fijar en detalles, y empecé a observar mi entorno y no entendía nada ni el porqué de ciertas cosas. Por qué ciertos estímulos de ciertas personas…
Yo pensaba que el amor se forjaba como moneda de cambio. Fui madre desde bien joven que hizo darme cuenta del amor real, no del romanticismo superficial.
Busqué mi camino de una forma más espiritual. Desde donde nace el miedo y la soledad, la incertidumbre.
Pero no conseguía encontrar respuesta a esta meditación.
También empecé a trabajar con 16 años, y fue lo que me marcó el rumbo de mi camino.
Comencé a encontrar respuestas.
Empecé a asumir ciertas responsabilidades.
Ciertos objetivos.
Logros…
Y me di cuenta de que mis respuestas no estaban en buscar fuera, sino… Debía de buscar dentro de mí.
Empecé a formarme en la comprensión del cuerpo humano, en la nutrición, en la Osteopatía.
Son el núcleo de la salud y donde nos cuidamos.
El núcleo de nuestra estabilidad emocional.
Por lo cual, finalicé mi formación como coach para complementar todas las áreas de donde partí mi camino.
Y ahí encontré a Carles, un hombre que me trasmitía seguridad y una gran confianza.
Todo este camino transitado por ambos y nuestras formaciones unidas, forjaron un tándem perfecto para formar la “Y”.
¿Qué hacemos en Conigriega?
Somos una agencia matrimonial donde buscamos formar con el amor, una “Y”.
Cada palito de la i griega, es el camino de dos personas donde se unen formando un único camino juntos. Ese es nuestro objetivo.
Ayudar a que cada persona encuentre a su persona ideal, para seguir juntos un estilo de vida.
Como te contábamos al principio, los paradigmas de las relaciones actuales están cambiando. Ya no son como antes, donde la base de toda relación era el amor. Hoy en día se confunde con romanticismo.
Hay una fina línea entre uno y el otro, pero hay un gran cambio de tener una a otra.
Seguro que estás cansada o cansado de no encontrar a esa persona con quien compartir:
- Aficiones.
- Momentos y escapadas.
- Encontrar un confidente.
Y, en general, compartiendo juntos para lograr tener un estilo de vida, ya que, llegando a cierta edad, nos va haciendo falta rellenar ese hueco.
Seguro que habrás tenido una vida donde habrás podido rellenar cada pilar emocional de tu persona. Educación, habrás sido padre o madre, habrás realizado grandes logros…
Deja que te ayudemos en este nuevo camino, para encontrar la persona que forme ahora vuestra “Y”.